lunes, 4 de octubre de 2010

Para los que creen que han encontrado a su alma gemela...


La gente cree que un alma gemela es la persona con la que encajas perfectamente, que es lo que quiere todo el mundo. Pero un alma gemela auténtica es un espejo, es la persona que te saca todo lo que tienes reprimido, que te hace volver la mirada hacia dentro para que puedas cambiar tu vida. Una verdadera alma gemela es, seguramente, la persona más importante que vayas a conocer en tu vida, porque te tira abajo todos los muros y te despierta de un porrazo. Pero ¿vivir con un alma gemela para siempre? Ni hablar. Se pasa demasiado mal. Un alma gemela llega a tu vida para quitarte un velo de los ojos y se marcha. Gracias a Dios. Pero a ti no te da la gana de soltarlo. Esa historia se acabó. La función del alma gemela es darte una sacudida, sacarte de ese matrimonio que no funcionaba, machacarte un poco el ego, hacerte ver tus obstáculos y adicciones, romperte el corazón para que te entrara la luz y desesperarte y hacerte descontrolar tanto que no te quedara más remedio que cambiar tu vida y luego presentarte a tu maestra espiritual y largarse con viento fresco. Ése era su cometido y lo ha hecho a la perfección, pero ya se acabó. Y a ti no te da la gana de archivarla como una relación corta y punto. Eres como un perro en un vertedero. Venga a chupar una lata a ver si le sacas algo de alimento. Como sigas así, se te va a quedar el hocico metido en la lata y las vas a pasar canutas. Así que olvidate del tema.
 — Es que lo quiero.
 — Pues quiérelo.
 — Es que lo echo de menos.
 — Pues échalo de menos. Mándale luz y amor cuando te acuerdes de él y olvídate del tema. Te da miedo deshacerte de los últimos trocitos del alma gemela, porque sabes que te vas a quedar muy sola y a ti te da pánico plantearse lo que le puede pasar si te quedas sola.
(extractado de Comer, Rezar, Amar de Elizabeth Gilbert)